Robram en Facu (First Steps)

 19 de agosto de 2008. Ahora mis clases son en el H. Los salones son mucho más chicos; claro, si somos cuatro gatos en la clase. Voy a sentarme en el medio para evitar estar tan adelante. Me sentaré en la tercera fila. **Todos los demás se sientan de la cuarta para atrás e igual estoy adelante. Payasito quedé. ** Hoy inicia una nueva etapa. Los Estudios Generales están en el pasado. Hoy inicia el juego otra vez. Pero en verdad tengo miedo. Todos aquí deben de ser de los que en las clases de Filosofía preguntan cosas superdensas, de los que leen por su cuenta cosas bien abstractas, de hecho han leído todos los clásicos de la literatura; y yo apenas si me vi las películas de Harry Potter. 

De pronto, llega un viejo con una melena blanca y una mirada algo seria. Tiene toda la pinta de un humanista experto. "¿Qué es perro?", preguntó. "Es un animal, mamífero, de cuatro patas, que ladra...", comienzan a responder todos. "¿Y todo eso sabe un niño cuando ve a un coso caminando y le dice 'perro'? Eso está bien para resolver un crucigrama, ¿pero qué sabe un niño sobre el lenguaje?". Ese día salí de mi primera clase, Análisis Lingüístico, fascinado. No sé bien a qué me metí, pero ahora estoy seguro de que esto es lo mío. El de la melena blanca es el loco Mario Montalbetti.

Ese 2008-2 llevé cinco cursos: Análisis Lingüístico con Montalbetti, Temas de Lingüística Contemporánea con Garatea, Latín 1 con Carreño, Teoría Literaria Moderna con Hopkins y Psicolingüística con Herrera. Ya salir invicto no era un logro, sino parte misma de la vida universitaria. Lo más resaltante para mí era conocer a mis primeros referentes en la carrera, mis intereses y qué significaba hacer una vida como estudiante de Lingüística. Acepté moderar una mesa en el IX Diálogo de Estudiantes de Lingüística, que se celebraría en noviembre de ese año. Además, era mi segundo ciclo seguido llevando Latín, y con el mismo profesor. Me gustaban los idiomas, y me parecía relativamente sencillo el curso. Así, sin querer queriendo, había acabado mi tercer año en la PUCP.

El 2009-1 pasó sin mucho que resaltar: Fonética con Pérez, Lingüística Andina con Cerrón-Palomino, Teoría Literaria Clásica con Hopkins, Lingüística General con Coral, y Latín 2 con Carreño. Voluntariamente había decidido aprender quechua en Generales, porque lo dictaban dos amigos míos y me permitían colarme a las clases. Pero en sí mis intereses aún eran muy amplios. Latín me gustaba mucho, y lo había aprobado con 19. Ah, de este ciclo debo resaltar que había cubierto ya 40 créditos en Facultad, y eso me permitía postular a jefaturas de prácticas para el ciclo entrante.

Llegó el 2009-2 y llevé seis cursos: Semántica con Herrera, Historia del Español 1 con Renwick, Taller de Trabajo de Campo con Cerrón-Palomino, Seminario Interdisciplinario con Montalbetti, Seminario de Lingüística con Pérez, y Latín 3 con Carreño. En este ciclo ocurrieron varias cosas. Por primera vez en mi vida aprobé un curso con 20 y salí primero del salón: Latín 3. Me reencontré con Renwick, el profesor cuya clase me había hecho cambiar de carrera. Y los dos hechos más importantes: realicé mi primera ponencia académica, sobre morfología en el X Diálogo de Estudiantes de Lingüística, el cual también organicé. Ya no era un niño en la carrera; ya me paraba al frente a hablar a una audiencia más experta, y me sentía feliz. Estaba haciendo cosas de grande. Lo otro: se abrió el proceso para ser jefe de práctica, postulé y fui seleccionado. Sí: soy JP, y ahora puedo dictar Argumentación, Teoría General del Lenguaje y Estructura del Lenguaje. ¿Cómo pasó? De estar al borde de la eliminación a ser docente. De sentarme al fondo del salón a pararme al frente. ¡Soy JP!

Así llegué al 2010-1: Morfología con Mondoñedo, Fonología con Pérez, Lingüística histórico-comparativa con Renwick, Quechumara 1 con Cerrón-Palomino, Seminario de Español del Perú con Andrade, Deontología con Coral/Silva-Santisteban. Ya no hay Latín y lo extraño, pero en general es un buen ciclo. No me han dado comisiones de prácticas, pero con seguridad será el siguiente ciclo. Eso sí, este 2010 viene con todo, y ahora me convertí en presidente del Centro de Estudiantes de Lingüística. ¿Alguien me puede explicar qué pasó? ¿Cuándo se me apareció la Rosa de Guadalupe? ¿O sea que ahora represento a mi especialidad?, ¿no que me daba miedo? Sí hay miedo, pero un miedo que muta, porque ya ahora estoy en el tramo final de la carrera y debo ver bien qué haré. Como presidente fundé la revista Sorda y Sonora, y realizamos también algunos grupos de lectura.

El 2010-2 ha comenzado con una novedad: ahora seré jefe de práctica. Esta es una historia que merece mayor desarrollo, porque desbloquea nuevas identidades: la del estudiante y la del docente. Pero eso será en la segunda parte.

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