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Robram en Facu (First Steps)

 19 de agosto de 2008. Ahora mis clases son en el H. Los salones son mucho más chicos; claro, si somos cuatro gatos en la clase. Voy a sentarme en el medio para evitar estar tan adelante. Me sentaré en la tercera fila. **Todos los demás se sientan de la cuarta para atrás e igual estoy adelante. Payasito quedé. ** Hoy inicia una nueva etapa. Los Estudios Generales están en el pasado. Hoy inicia el juego otra vez. Pero en verdad tengo miedo. Todos aquí deben de ser de los que en las clases de Filosofía preguntan cosas superdensas, de los que leen por su cuenta cosas bien abstractas, de hecho han leído todos los clásicos de la literatura; y yo apenas si me vi las películas de Harry Potter.  De pronto, llega un viejo con una melena blanca y una mirada algo seria. Tiene toda la pinta de un humanista experto. "¿Qué es perro?", preguntó. "Es un animal, mamífero, de cuatro patas, que ladra...", comienzan a responder todos. "¿Y todo eso sabe un niño cuando ve a un coso ...

De mi paso por Generales Letras

"Cuando tengas que ver tu horario, avísame para ayudarte", me dijo una amiga que había ingresado un año antes a la PUCP. Había llegado, pues, la hora de elegir mis horarios, y en mi ignorancia preguntaba a quien tenía la experiencia de estudiar. Me recomendó explícitamente el horario 110 porque ahí dictaba el profesor Callirgos, y ese era de los más pedidos de Letras. Con eso en mente, llegué a mi matrícula presencial con los casi mil cachimbos más. Un amigo se había metido al horario 111, también porque su hermano se lo había recomendado, pero como ese salón ya estaba lleno, decidí seguir el consejo de mi amiga y así fue como llegué al horario 110, o lo que es lo mismo: el T10. El primer día llegó un lunes 13 de marzo del 2006. Temprano mi papá me jaló hasta Javier Prado con la Vía Expresa, y llegaba para la bienvenida en el Polideportivo: una misa. Para mi primera clase, aún tenía que esperar un buen rato. En ese tramo conocí a José Carlos por un amigo en común, que también...

De cómo ingresé a la PUCP

Estos relatos los estoy volviendo a escribir luego de que borrara mi blog de más de diez años. Mi lugar de enunciación es distinto, porque, a diferencia de aquella vez en que apenas iba a licenciarme, hoy casi estoy cerca de ser doctor. Ha ocurrido mucho en el camino, y me interesa dejar en este espacio, ignoto para todos, mis pensamientos, experiencias, opiniones y emociones. Hace 20 años, por estas fechas, ya iniciábamos a pensar en lo que vendría después del colegio. Mis primeras alternativas siempre fueron carreras de números: Administración e Ingeniería Industrial. Decían mis profesores que debía estudiar Informática o algo similar, porque ese era el curso en el que mejor me iba en el colegio, pero yo les decía que no lo veía como algo profesional. Mi papá era administrador, y mi papá siempre ha sido uno de los referentes de persona en muchas de las cosas de la vida. Estudiar Administración era honrarlo, pero también era cumplir una promesa hecha a mi madre un año antes. Ella tení...

La lingüística y yo (parte I)

Aprendí a leer muy de niño. En mi salón de kinder había un niño llamado Lee. Y un día repartieron comunicados y la profesora dijo que faltaba el de Lee, y yo le dije que yo lo tenía porque mi comunicado decía Lee, pero ese Lee era del verbo leer y no del nombre "Lee" de mi compañero. Ahí entendí que una misma secuencia se podía leer de dos formas diferentes dependiendo de la lengua. Una vez estaba en el patio de mi casa jugando conmigo. Tendría unos 6 años o 7 a lo mucho. Y me hice la siguiente pregunta: ¿cómo hablo yo? ¿Cuál es mi manera de hablar? Yo conversaba conmigo mismo siempre, y por eso imitaba múltiples voces de todas las versiones que replicaba. De pronto quise quitar todos esos usos y saber cuál era mi verdadera voz, y no la encontré. Y me puse a llorar porque "no tenía voz". En mi primer colegio, un año se turnaban en los salones primaria y secundaria. Era en cuarto grado cuando vi el periódico mural que habían armado los "mayores" y ponían ...

De qué trata este blog

 Mi nombre es Roberto Brañez Medina, pero me dicen Robram. Casi desde el inicio de mi secundaria he vivido activamente en las redes sociales, hasta un día en que me harté y me retiré. Mucho antes de los distintos auges virtuales, sin embargo, ya escribía. Por muchos años mantuve un blog, casi once, pero ya hace mucho lo dejé. Quiero retomar esta práctica porque nunca debí alejarme de ella. Voy a escribir un poco de varias cosas, desde mis distintos lugares de enunciación. Este será, como siempre lo fue, un almacén de mis memorias para cuando quiera leerme en mis distintas etapas de la vida.